..El fatídico día para muchos de nosotros, como españoles que somos, que llevamos la queja implícita en nuestra forma de ser.
..Es 1 de Septiembre, y tengo vértigo de meterme a las redes sociales, un día que no debería existir se convierte en el puto día más importante del verano, (o del fin del verano), pero del verano en sí.
..Como iréis observando a lo largo del blog, siempre hablo de mi Yo, del Yo que quiero mostrar no obstante, algo que tengo que cambiar, pero que no me corre prisa.
..Nunca he tenido esa sensación de que el 1 de Septiembre me voy a volver loco, empieza el trabajo, las responsabilidades, los lamentos.. pero todos esos aspectos que se comentan como algo errante se suelen expresar al añorar lo que hemos realizado en los meses anteriores.
¿Y esas personas que no han disfrutado de vacaciones en verano? o las que, ¿empiezan a disfrutar en Septiembre?
Siempre había trabajado en verano, de un lado para otro, sin parar, trabajo duro pero que me gustaba.
Ganaba para vivir bien, así que Septiembre lo dedicaba a gastarme lo ganado, que suele ser la filosofía de un vago (no tan vago).
..y lo deje por hacer caso, dentro del círculo de responsabilidad que me entro o que hicieron que me entrará por dedicarme al estudio, YO, ¿al estudio?.
La verdad que el verano pasado no trabaje, por consecuencia no hice muchas cosas, y la verdad que si que estudié y la verdad que si que aprobé, el primer verano de mi vida que estudiaba (y el primer verano de mi vida que aprobaba algo en septiembre), pero no me sentía feliz y realizado.
Seguí con el círculo de la responsabilidad y aunque busque trabajo, el que encontraba era incompatible con mis horarios de la facultad, así que decidí vivir en la austeridad (en la austeridad de un vago) que significa no viajar tanto como antes, tomarme una cerveza en vez de cinco (bueno, esto no, tomarme cinco cervezas o seis o siete.. en vez de 5 gin tonics premium con lima y sable, el que deberían regalar en algún sitio debido al sablazo del que has sido víctima).
La verdad que hacía mucho tiempo, que vivía mi vida sin dinero, o con el dinero justo, y eso de volver a pedir una especie de paga a una cierta edad y después de no haberla reclamado en años, estas falto de costumbre o lo que es peor, los "autoritas" de esa paga están aún menos acostumbrados.
En fin, aprender a disfrutar de los rincones pequeños, de los "bares de barrio", de los parques, de la música gratuita (aunque casi todo el dinero que tengo me lo gaste en conciertos, que eso no me lo quita ni Hacienda), y descubrir que con poco se puede vivir bien, es más, mejor que bien.
Todo esto lo reflexione en un viaje de vuelta a mi ciudad desde Madrid, después de pasar unos días estupendos gastándome más bien nada; o igual era que los 10 días anteriores había estado por el sur y el sur da la vida, o al menos a mí ,tirando de estereotipos, que soy un jodido vago, y me sentía como en casa.
Tenía que volver a mi ciudad, ya se habían acabado los viajes y el evadirte, estuve mirando AVES (como un auténtico ornitólogo moderno de esta nueva especie de AVE).
en páginas baratas, contacté con una chica, el billete tirado, pero lo vendió a otra persona, hecho que agradeceré siempre porque me obligó a quedarme más días, pero este es otro tema..
..La cuestión es que después de años viajando en bus o en coche (cuando había para la gasolina), el hecho de coger un bus me daba una pereza absoluta, y además soy un fumador empedernido.
Fue cuando me acorde de mis viajes por Italia en tren, trenes que Contador, tampoco nos pongamos eclécticos, no un ciclista cualquiera, podría alcanzar.
En esos trenes la gente fumaba y se disfrutaba del paisaje.
¿Porque no volverme en uno de esos trenes? Le costaba una hora más que el autobús, la pereza se empezó a apoderar, pero vi que valía prácticamente lo mismo.
Así que me decidí, fui a Chamartin, compré el billete y me embarque en el tren regional, no es que fuera despacio, es que paraba en pueblecitos que jamás había oúido hablar, (en muchos pueblecitos) y en cada pueblecito había provincianos sentados, gente mayor, niños, gente joven, viendo como pasaba el tren.
Si tenía ganas de fumar me levantaba, iba al baño y fumaba.
Qué mas podía pedir, no tenía ninguna prisa en volver a mi ciudad y estaba cómodo, fumando y viendo gente cada 10 minutos o 15 minutos que paraba el tren.
No tenía sueño, y me ponía a pensar, y pensé en lo feliz que era en ese momento, sin la velocidad estratosférica del ave y sus comodidades;
yo solo en un vagón, fumando a mi placer, tumbado con desgana.
..Esta experiencia, tonta para muchos, especial para mi, fue gracias a mi falta de capital.
Ya puede ser 1 de Septiembre o el principio del verano, disfrutar de cada momento es lo esencial, aunque a veces se hace dificil, pero somos humanos, y tenemos dos cojones.
Un Saludo,
Candidato
